La vida de los congresistas puede parecer no tan agitada en sus actividades ordinarias, pues gozan de largas vacaciones y sólo dos días de la semana sesionan. Sin embargo, son bastantes los casos en los que debido al ejercicio de sus funciones han tenido que padecer situaciones estresantes y poco deseables.
Kienyke.com hizo un sondeo con los senadores para saber cuál ha sido el mayor susto por el que han pasado.
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Hay tres senadores, dos de ellos hermanos, que comparten un dolor común, el asesinato de sus padres. Sin dudarlo, los hermanos Carlos Fernando y Juan Manuel Galán Pachón indicaron que el peor día de sus vidas fue el asesinado de su padre, el líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento.
El presidente del partido Cambio Radical, Carlos Fernando, dijo: “Cuando mataron a mi papá, yo sentí un abismo en frente”. A su turno el senador Juan Manuel aseguró: “La muerte de mi papá fue el momento más difícil y terrible que he tenido que afrontar”.
Otro senador que vivió un una historia similar es Iván Cepeda, del Polo Democrático, quien señaló que el momento más doloroso de su vida fue cuando asesinaron a su padre, otra figura política de Colombia.
Manuel Cepeda Vargas fue asesinado el nueve de agosto de 1994 y se convirtió en el último congresista asesinado en lo que se conoció como el exterminio del movimiento político Unión Patriótica. Fue acribillado por sicarios cuando se dirigía al Capitolio.
Hay dos senadores entrevistados por Kienyke.com que quieren olvidar el día en que atentaron contra su vida por razones políticas.
El senador liberal Luis Fernando Velasco señaló el día en que atentaron contra su vida como el mayor susto que se ha llevado jamás. En octubre del 2007 las Farc activaron siete petardos en el sitio conocido como El Quebradón, en la vía que comunica a los municipios de El Doncello con El Paujil, en el norte del Caquetá, cuando el senador liberal Luis Fernando Velasco regresaba en una caravana de una reunión política en el municipio de Puerto Rico. En el atentado hubo cruce de disparos entre guerrilleros y miembros del Ejército, quienes escoltaban al congresista quien se dirigía hacia Florencia.
El día más aterrador de mi vida fue cuando fui objeto de “un atentado el 10 de abril del 2010 cuando cumplía mi deber de hacer política”, reveló el senador conservador Eduardo Enríquez Maya.
El atentado, del que aún se desconocen sus autores, fue perpetrado cuando el congresista nariñense se movilizaba en su camioneta blindada en las afueras del municipio de Providencia, Nariño.
De igual manera, hay un grupo de senadores que tuvieron que padecer el secuestro y no dudaron en calificarlo como el momento más difícil de sus vidas.
El senador de Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella relató detalles de los difíciles momentos que tuvo que padecer cuando fue secuestrado por las autodefensas.
“Cuando me secuestraron los paramilitares en el 2010, fue un secuestro político y no extorsivo, pasé momentos muy difíciles, entre otras cosas por el acoso de las fuerzas militares. A mí me transportaron mis secuestradores en helicóptero, en camión, también en lomo de caballo y siempre se presentaron circunstancias muy riesgosas y peligrosas. Incluso después supe que en esa época si Carlos Castaño no lograba un acuerdo con el Gobierno sobre un tema específico iban a empezar a sacrificar de uno en uno a los que nos tenían secuestrados. Fue una época de mucha zozobra”, describió el congresista sucreño.
Por su parte, el senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, relató que el día más triste de su vida fue cuando “fui abordado y retenido por las Farc siendo secretario de Gobierno de mi departamento (Huila), y la zozobra por saber si uno va salir o no de un secuestro”.
Por otro lado, el peor momento en las vidas de dos senadores está relacionado con aspectos de su salud.
Uno de los casos más duros lo relató el senador del Partido de La U, Jimmy Chamorro, quien tuvo que padecer un cáncer, que hasta hace poco superó.
“Enfrenté una enfermedad terminal. Luché durante diez años contra un cáncer, cuando estaba en mi tercer período legislativo, en el 2003. Para mí fue una completa novedad, pensaba que era una enfermedad que le daba a otros, y volví a recaer hace como tres años con metástasis, pero lo manejé con tranquilidad y mucha paz, aunque gracias a Dios ya fue tema superado”, dijo el congresista.
Contrario a lo que muchos puedan pensar de que el momento más penoso en la vida de la senadora liberal Vivian Morales fue cuando fue anulada su elección como Fiscal General, o los escándalos en la relación con su esposo, el excongresista Carlos Alonso Lucio, el mayor sufrimiento para ella fue cuando le tuvieron que extraer su ojo izquierdo, un aspecto de su vida del que poco se habla.
“El mayor momento de dolor fue cuando perdí mi ojo, fue algo muy duro en el 2001 cuando tenía 39 años. Ese fue el golpe más duro que recibí en mi vida”, afirmó la parlamentaria.
El ocho de abril de ese año a la senadora liberal le iban hacer un trasplante de córnea del ojo izquierdo, pero la infección causada por una bacteria hizo que los médicos tomaran la decisión de extraer ese ojo para evitar la expansión de la bacteria hacia el cerebro.
Por último, la senadora del Centro Democrático y exministra María del Rosario Guerra reveló que el momento más angustiante fue cuando apuñalearon a su hijo.
“La mayor zozobra de mi vida fue cuando estando de ministra, iba a viajar a Cartagena, estaba montada en un avión y cuando iban a cerrar la puerta llegaron a decirme que a mi hijo lo habían apuñalado cerca de mi casa. Me tocó lograr que me permitieran bajar del avión y llegar para saber que mi hijo no estuviera muerto. Fue un milagro de la virgen de Fátima que cuando le entró la puñalada a mi hijo le entró al vacío del estómago pero no le tocó ningún órgano”, indicó.
Kienyke.com hizo un sondeo con los senadores para saber cuál ha sido el mayor susto por el que han pasado.
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Hay tres senadores, dos de ellos hermanos, que comparten un dolor común, el asesinato de sus padres. Sin dudarlo, los hermanos Carlos Fernando y Juan Manuel Galán Pachón indicaron que el peor día de sus vidas fue el asesinado de su padre, el líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento.
El presidente del partido Cambio Radical, Carlos Fernando, dijo: “Cuando mataron a mi papá, yo sentí un abismo en frente”. A su turno el senador Juan Manuel aseguró: “La muerte de mi papá fue el momento más difícil y terrible que he tenido que afrontar”.
Otro senador que vivió un una historia similar es Iván Cepeda, del Polo Democrático, quien señaló que el momento más doloroso de su vida fue cuando asesinaron a su padre, otra figura política de Colombia.
Manuel Cepeda Vargas fue asesinado el nueve de agosto de 1994 y se convirtió en el último congresista asesinado en lo que se conoció como el exterminio del movimiento político Unión Patriótica. Fue acribillado por sicarios cuando se dirigía al Capitolio.
Hay dos senadores entrevistados por Kienyke.com que quieren olvidar el día en que atentaron contra su vida por razones políticas.
El senador liberal Luis Fernando Velasco señaló el día en que atentaron contra su vida como el mayor susto que se ha llevado jamás. En octubre del 2007 las Farc activaron siete petardos en el sitio conocido como El Quebradón, en la vía que comunica a los municipios de El Doncello con El Paujil, en el norte del Caquetá, cuando el senador liberal Luis Fernando Velasco regresaba en una caravana de una reunión política en el municipio de Puerto Rico. En el atentado hubo cruce de disparos entre guerrilleros y miembros del Ejército, quienes escoltaban al congresista quien se dirigía hacia Florencia.
El día más aterrador de mi vida fue cuando fui objeto de “un atentado el 10 de abril del 2010 cuando cumplía mi deber de hacer política”, reveló el senador conservador Eduardo Enríquez Maya.
El atentado, del que aún se desconocen sus autores, fue perpetrado cuando el congresista nariñense se movilizaba en su camioneta blindada en las afueras del municipio de Providencia, Nariño.
De igual manera, hay un grupo de senadores que tuvieron que padecer el secuestro y no dudaron en calificarlo como el momento más difícil de sus vidas.
El senador de Cambio Radical, Antonio Guerra de la Espriella relató detalles de los difíciles momentos que tuvo que padecer cuando fue secuestrado por las autodefensas.
“Cuando me secuestraron los paramilitares en el 2010, fue un secuestro político y no extorsivo, pasé momentos muy difíciles, entre otras cosas por el acoso de las fuerzas militares. A mí me transportaron mis secuestradores en helicóptero, en camión, también en lomo de caballo y siempre se presentaron circunstancias muy riesgosas y peligrosas. Incluso después supe que en esa época si Carlos Castaño no lograba un acuerdo con el Gobierno sobre un tema específico iban a empezar a sacrificar de uno en uno a los que nos tenían secuestrados. Fue una época de mucha zozobra”, describió el congresista sucreño.
Por su parte, el senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, relató que el día más triste de su vida fue cuando “fui abordado y retenido por las Farc siendo secretario de Gobierno de mi departamento (Huila), y la zozobra por saber si uno va salir o no de un secuestro”.
Por otro lado, el peor momento en las vidas de dos senadores está relacionado con aspectos de su salud.
Uno de los casos más duros lo relató el senador del Partido de La U, Jimmy Chamorro, quien tuvo que padecer un cáncer, que hasta hace poco superó.
“Enfrenté una enfermedad terminal. Luché durante diez años contra un cáncer, cuando estaba en mi tercer período legislativo, en el 2003. Para mí fue una completa novedad, pensaba que era una enfermedad que le daba a otros, y volví a recaer hace como tres años con metástasis, pero lo manejé con tranquilidad y mucha paz, aunque gracias a Dios ya fue tema superado”, dijo el congresista.
Contrario a lo que muchos puedan pensar de que el momento más penoso en la vida de la senadora liberal Vivian Morales fue cuando fue anulada su elección como Fiscal General, o los escándalos en la relación con su esposo, el excongresista Carlos Alonso Lucio, el mayor sufrimiento para ella fue cuando le tuvieron que extraer su ojo izquierdo, un aspecto de su vida del que poco se habla.
“El mayor momento de dolor fue cuando perdí mi ojo, fue algo muy duro en el 2001 cuando tenía 39 años. Ese fue el golpe más duro que recibí en mi vida”, afirmó la parlamentaria.
El ocho de abril de ese año a la senadora liberal le iban hacer un trasplante de córnea del ojo izquierdo, pero la infección causada por una bacteria hizo que los médicos tomaran la decisión de extraer ese ojo para evitar la expansión de la bacteria hacia el cerebro.
Por último, la senadora del Centro Democrático y exministra María del Rosario Guerra reveló que el momento más angustiante fue cuando apuñalearon a su hijo.
“La mayor zozobra de mi vida fue cuando estando de ministra, iba a viajar a Cartagena, estaba montada en un avión y cuando iban a cerrar la puerta llegaron a decirme que a mi hijo lo habían apuñalado cerca de mi casa. Me tocó lograr que me permitieran bajar del avión y llegar para saber que mi hijo no estuviera muerto. Fue un milagro de la virgen de Fátima que cuando le entró la puñalada a mi hijo le entró al vacío del estómago pero no le tocó ningún órgano”, indicó.
