Escudriñando los quereres de rejuvenecimiento del sector ganadero y bufalino de Colombia, e intentando actualizar las vetustas costumbres ganaderas, pretendiendo titánicamente alinearlas con las medidas de la ganadería en el mundo, el Gobierno del presidente ALVARO URIBE VELEZ con el concurso Fedegán, inició en el año 2004 la causa dispendiosa de tratar de identificar y marcar la trazabilidad de 24 millones de bovinos en el país y 360.000 Bufalinos; eso significa en dialecto criollo avanzado, introducir un chip en cada vaca donde se recopila toda la información desde su nacimiento hasta su sacrificio, consignando allí un número de identidad, vacunas, tratamientos, nombre de madre, padre, sexo, traslados de una finca a otra, etc… creando el Sistema Nacional de Identificación e Información del Ganado Bovino (SINIGAN). Loable tarea, plataforma inédita para desarrollar un sector pecuario bovino y bufalino adelantado y competitivo, entregando productos inocuos y saludables para el consumo humano, como se aprecia a simple vista, un extraordinario programa que apuntaba a dar un verdadero revolcón.
Gestión adecuada y buenos ritmos de identificación de animales solapaban los actos de SINIGAN en manos de FEDEGAN, 1 millón 538 mil animales identificados dan fe de ello. Sin embargo, como las razones y argumentos del opositor se convierten en pasiones negras y pecados capitales del enfrentado, sin mayor análisis ‘santista’ que desmantelar FEDEGAN a toda costa, se cambiaron los roles de gestión anteriormente fáciles, por unos perversos e insuficientes apoyos logísticos a cargo del ICA; se desmanteló la potestad de emitir guías (autorizaciones) de movilización de animales por medio de los comités ganaderos, para pasar a un verdadero viacrucis, cuya primera estación es hacer una fila en el Banco Agrario, interminable en un día normal y perpetua cuando están pagando el programa Familias en Acción.
La segunda estación de penurias se emprende con el recibo de consignación sellado, pues hay que llevarlo a la oficina del ICA, allí comienza en la tercera estación, el sufrimiento más severo. El funcionario consulta el sistema y revisa el inventario cuando hay y está activo, pero en el recóndito “Tangamandapio pueblo de Jaimito El Cartero” o en el Macondo ‘GarcíaMarquiano’ donde vivimos los provincianos, el Internet es pésimo y el “sistema vive caído”, palabras de los funcionarios. Haciendo un esfuerzo heroico y sobrehumano se remiten a una montaña de registros de vacunación no cargados al sistema, que si la vista no me engaña mediría metro y medio de alto por dos metros de ancho. Si aparece el registro de vacunación, bien; confrontan el inventario actual con el inventario anterior; si no concuerda, los remiten a una notaría a hacer una declaración juramentada con visos de falsedad, diciendo que: “Si vendió, vendió animales sin guías de movilización” intentando a la fuerza justificar excedentes o faltantes en los inventarios para validar falsamente los datos de vacunación.
Casi crucificado y aburrido, el humilde ganadero con el apreciado ‘cuasifalso’ documento notariado en la mano, es enviado a la sede central del ICA en la capital de Departamento respectivo para aprobar o desaprobar la emisión de la guía de movilización, eso puede demorar hasta 5 días. Cuando el “sistema no está caído”, se remiten a la información del mismo, autorizando las guías de aquellos bovinos y bufalinos identificados; pero en este país que todavía no lleva el 5% de animales identificados, es un imposible absoluto obtener la milagrosa guía. El despropósito es tal, que las ventas legales adquieren tintes sombríos al realizarse sin permisos de movilización, porque si esperan la autorización del ICA les sucederá como el coronel del afamado libro que llegaba cada viernes a la oficina de correos del puerto con la esperanza de recibir una confirmación con una pensión como veterano de la guerra civil.
El despelote en el ICA a nivel nacional es absoluto, no se entiende una nómina paralela de 114 mil millones, gestionando fanfarronadas repletas de éxitos imaginarios, forjados eso sí en los escritorios capitalinos, como debe ser. Mientras los pobres funcionarios en las regiones cruzan heroicas gestas sobre caminos polvorientos, aliñados con madrazos de ganaderos inconformes, intentando identificar el mayor número de animales posible. En un departamento cercano, 4 funcionarios intentan identificar 1 millón 300 mil animales… pobrecillos, demorarán aproximadamente 18 años en conseguirlo; de acuerdo a mis cálculos.
Los sufridos y calumniados ganaderos de Colombia, damnificados en el pasado por la arremetida violenta de Las FARC y en el presente por su embestida jurídica, expropiatoria de fincas (aspiran a 10 millones de hectáreas de tierras contenidas en el punto uno de los acuerdos de la Habana), claman a voz en cuello aliviar el suplicio que ha significado el ruinoso tránsito de los trámites ante el ICA, so pena de precipitar la sentencia de exterminio económico futuro, por cuenta de las irresponsables y desconsideradas aventuras de PAZ de este gobierno, culpando al gremio ganadero tácitamente de generar la guerra en este país; nos quedan 2 años más de tranquilidad jurídica, hasta entonces comenzarán a expropiar fincas y a pagar indemnizaciones a avalúos catastrales. Dolorosamente sobre los arruinados hombros de los ganaderos ‘arrecostó’ el gobierno Santos la responsabilidad de indemnizar a las FARC. Lean los acuerdos, pero léanlos hoy: mañana será tarde.
PD: Falleció en Valledupar el don CARLOS QUIROZ ALMENARES, gran dirigente popular y señor a carta cabal, que buena persona ha dejado esta tierra. Que Dios lo tenga en su gloria. Hijo adoptivo de La Jagua de Ibirico, Cesar. Gestor de la creación del Municipio en el año 1.979, siendo Inspector de Policía y Coordinador del Comité Pro creación. A Meritza mi gran amiga, Carlos y Ana, mi más sentido pésame, extensivo a toda su familia. ¡Q.E.P.D!
