Más estrellas que las estrellas

Son altaneros, groseros. Clasistas, excluyentes. Mucho más estrellas que las verdaderas luminarias. No estoy diciendo ninguna mentira, ni calumniando a nadie, pero algunos manejadores, jefes de prensa, estilistas, asesores de imagen y todo ese mundillo que revolotea alrededor de las estrellas de cualquier género y en cualquier lugar del mundo se convierten en un verdadero obstáculo, muchas veces infranqueable de pasar para acceder a sus jefes. Acaba de suceder en la ciudad de Cartagena con la visita de Sofía Vergara “La Toti”, invitada al matrimonio de su primo Alejandro y a grabar el comercial de la cerveza Águila, emblemática de la Costa Caribe y por el cual pagaron una buena cantidad de dinero como amerita tener a la barranquillera más célebre de nuestro país en los Estados Unidos. Bien ganados sus honorarios Sofía. La piedra en el zapato no fue ella, sino sus acompañantes que vinieron desde los Estados Unidos, en éste caso su socio en la Agencia de Representaciones de artistas, Luis Balaguer, quien en los comienzos de la Toti en Miami, fue su manager y quién la impulso en sus primeros pasos en la farándula latina en ese país. Exigente, protector, atento, pendiente, furioso cuando se le acercaban más de la cuenta a su socia. Entendible, defendía los interés de los dos. Su nombre: Nicolás Reyes. Un NN más conocido por haber participado en los “Protagonistas de novela”, haber sido novio de Sara Corrales y uno que otro pinito en la dirección de magazines de televisión. El comportamiento de Nicolás con los medios de comunicación presentes en la grabación del comercial de Sofía fue inadmisible. Exigió no tomar fotos, cosa que no se entiende por que las escenas se rodaban en la calle, un sitio público. Asistiendo a Simón Brand, el director del comercial, se enfrentó con los comunicadores que estaban cumpliendo con su deber. De acuerdo con las quejas recibidas,  Reyes los insultó, los gritó, los agredió verbalmente y hasta llegó a intentar quitarles las cámaras. Los ánimos se caldearon, los fotógrafos protestaron y rechazaron el tratamiento que Reyes les daba, como si fuera el dueño de la calle. ¿Debemos recordarle  que las aceras y el asfalto son propiedad de todos los habitantes en cada ciudad? Al fin de cuentas se pagan del bolsillo de sus ciudadanos. A todas estas, ¿a quién le ha ganado como para abogarse este derecho? Suele suceder y más frecuente de lo imaginado, que algunos manejadores se vuelven más importantes que sus pupilos y quieren robarse todo el protagonismo destinado a ellos. Y lo peor, muchos asistentes también. Los hacen lucir como tontos, sin carácter o personalidad, obedeciendo todas sus indicaciones, algunas pretenciosas y otras fuera de la realidad. Cuando en realidad son los “sirvientes” de las estrellas venidos a más y con ínfulas de divos. Por eso, una espinita tienen clavada en el corazón los periodistas cartageneros y barranquilleros que corretearon a Sofía Vergara en su paso por Colombia. Mientras ella se mostró como la más sencilla, amable, divertida, cordial, asequible con sus paisanos, su grupo de trabajo se comportó como un verdadero verdulero, especialmente el señor Reyes, a quien por allá no lo quieren ver ni en pintura. Nada extraño. Ya teníamos información de su comportamiento. No lo asumió bien cuando tuvo una palomita en la dirección de un programa que producía R.C.N. T.V. “Viva la tarde” para su emisión internacional, dónde hizo de todo; desde notas, hasta presentar con tan mala fortuna que fue un espacio exitoso hasta antes que él lo asumiera. Murió en sus manos. Los comentarios de la gente de producción y técnica eran similares a los que hoy comentan en Cartagena. Se creyó “más estrella que las estrellas”. En este caso, más que Sofía Vergara y Simón Brand, cuando la verdad no es nadie. Cada uno debe ocupar su lugar. Y otra cosita : la soberbia es mala compañera Nicolás.