Muy interesante que la intervención de la cantante mas famosa de nuestro país, haya puesto encima de la mesa el tema del himno nacional. El canto a capella o sea sin acompañamiento, puso en evidencia las equivocaciones o balbuceos de Shakira en días pasados.
El primer error de pronunciación en la estrofa que dice, ¡Oh gloria inmarcesible!/¡Oh júbilo inmortal!/En surcos de dolores/El bien germina ya/, es un simple desliz de vocalización, que ocurre con más frecuencia de lo que nos imaginamos. He podido comprobar que todas, si, todas las agrupaciones corales lo cantan como Shakira, o sea que envían allá al bien que germina, en lugar de significar que es ahora mismo cuando germina el bien. El único que corregía este defecto era el inolvidable maestro León Simar, cuando ensayaba con el coro de la Universidad del Valle por allá en los sesenta.
El segundo, cuando cantó “la libertad de ublime” no podríamos decir que fuese una metida de pata, porque la barranquillera, jamás ha dado un traspiés y menos ante tan notable, heterogénea e incompleta mesa de honor, en la Cumbre de las Américas.
¿Quién podría ser el ahora famoso Ublime? Puede ser un apellido italiano, según me comentó mi amigo Humberto Asccione y alguien que sabe donde ponen las garzas me dijo que Ublime podría vivir en Argentina y ser amigo de De la Rúa, y que seguramente el amigo, no De la Rúa, recientemente se había separado de su pareja y que por esa razón se mencionaba en el himno, pues el señor De la Rúa sigue siendo, según dicen las “revistas del corazón” el apoderado de Shakira y por lo tanto Ublime también podría ser amigo de la rubia.
Hay otra hipótesis. Algunos mal pensados dicen que como la palabra empieza por la U y termina con la letra E, se trata de un mensaje subliminal que se refiere a un expresidente de Colombia que no estuvo en la cumbre pues andaba en los Santos lugares después de la Semana de Pasión.
La verdad es que la palabra olvidada que viene del latín, sublimis, significa “excelso, inminente, de elevación extraordinaria”. Entonces el “olvido freudiano” de esta bella mujer, puede tener otro significado más sofisticado, si aplicamos al caso las teorías del médico vienés. Pero eso dejémoslo a los especialistas.
Además de lo anecdótico, hay asuntos muy interesantes en esto del himno, como la invitación a su primera audición que decía textualmente: "El ministro de Gobierno saluda a Ud. muy atentamente y tiene el honor de remitirle adjuntas dos boletas de entrada al concierto que en la noche del 6 del presente tendrá lugar en el salón de grados, con el objeto de estrenar un Himno Nacional. La función principia a las nueve. Bogotá diciembre de 1887."
Sin embargo, solamente en 1920 el Congreso lo adopta como himno oficial. Mas sorprendente aún que sea solo en 1946 —fecha en la que algunos lectores de este párrafo ya habían nacido— cuando, por el decreto ejecutivo 1963 el gobierno adopta oficialmente la transcripción del himno nacional realizada por el maestro José Rozo Contreras nacido en Bochalema, Norte de Santander.
Por último no olvidemos que la música de nuestro himno fue compuesta por el italiano Oreste Sindicci nacido en Roma en 1837. LLegó a Bogotá como integrante de una compañía de ópera y decidió adoptar la nacionalidad colombiana. Es muy probable que este músico hubiera conocido al bisabuelo del Ublime argentino.
Ref. Institución educativa José Antonio Galán, Pereira.
