Escoger una religión o una iglesia, definitivamente no puede ser una decisión apresurada, improvisada ni librada al azar. No debe responder a la tradición, a la imposición ni al mercadeo. Al contrario, debe estar fundamentalmente estimulada por un sincero y personal deseo de crecimiento espiritual.
Por ello le recomiendo tener en cuenta las siguientes precauciones:
1. No se deje impresionar por grandes edificaciones o fastuosas infraestructuras: Recuerde, las religiones predican la sencillez y no la ostentación.
2. No se deje seducir por montajes escénicos: No se trata de asistir a un espectáculo, con personajes que gritan exageradamente, exorcizan, vociferan, realizan actos de taumaturgia o afirman haber visto a Dios….Recuerde, fundamentalmente se trata de un espacio de recogimiento para el alma y de diálogo íntimo con la realidad suprema.
3. No se deje sacar dinero: Con el pretexto de la religión hay muchos inescrupulosos buscando amasar una fortuna, porque han aprendido que es una excelente oportunidad para llenar los bolsillos a rajatabla y sin pagar impuestos. Examine la vida de sus líderes, sus antecedentes, sus bienes personales y el estilo de vida que llevan (si resulta ostentoso, de seguro solo es un buen negocio).
4. No se deje llevar por sus amigos o conocidos: El método que más emplean las “religiones” es el voz a voz. Así reclutan a sus miembros. Independientemente de la buena intención de sus amigos, ellos también pueden estar siendo engañados. Intente apelar a su propio criterio y buen juicio. Infórmese antes. Evalúe previamente si es un espacio sano para su crecimiento espiritual.
5. Desconfíe de una congregación que pretenda adoctrinarlo políticamente: La religión nada tiene que ver con la política. No se deje embaucar. Son dos campos diferenciados, que no pueden confundirse o mezclarse.
6. Desconfíe de una congregación que pretenda manipular su vida personal: Una religión a lo sumo lo orienta, le ofrece un camino, le da un impulso en la vida, herramientas para avanzar…
7. Desconfíe de una congregación que pretenda sembrar en usted prejuicios, odio en contra de otras personas o grupos poblacionales por cuestiones de raza, nacionalidad, religión, sexo, origen, orientación sexual….
8. Desconfíe de una congregación liderada por fanáticos o por caudillos: El fundamentalismo es una manifestación peligrosa, que niega la misma razón de ser de toda religión, enceguece el entendimiento y promueve la violencia; su lectura del texto sagrado suele ser literal o exegética, o sus interpretaciones caprichosas o arbitrarias. El caudillismo, por su parte, es la exagerada importancia que se le da al líder, y que él mismo se otorga, por encima de los demás y de los principios que inspiran la misma religión.
9. Desconfíe de una congregación que lo haga sentir esclavizado, alienado, aislado social o familiarmente, o que pretenda chantajearlo o afectarlo en su buen nombre, si decide abandonarla.
10. Desconfíe de una congregación cuyos líderes le pidan cosas contrarias a su fe o a sus principios, o que le hagan daño, o afecten su salud, su integridad o su dignidad…
Ahora sí, escoja. Una equivocada elección puede derivar en una experiencia traumática. Hay muchos locos posando de líderes espirituales y muchos desocupados buscando embaucar gente.
¿Cómo evitar ser embaucado por una "religión" o una "iglesia"?
Lun, 30/11/2015 - 05:18
Escoger una religión o una iglesia, definitivamente no puede ser una decisión apresurada, improvisada ni librada al azar. No debe responder a la tradición, a la imposición ni al mercadeo. Al contr