En el norte de Bogotá existen once hectáreas y 22.000 árboles sembrados en un proyecto que busca que la capital del país tenga un área ecológica mucho más grande que el Central Park de Nueva York.
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Cuando se visita esta zona el caminante rescata dos cosas: el verde que se extiende hasta donde la vista alcanza y el frío que recuerda cómo era Bogotá antes del cambio climático.
En el 2010 el geólogo botánico holandés Thomas van der Hammen, quien vivió en Colombia gran parte de su vida, murió sin ver un sueño cumplido: que la ciudad tuviera un corredor ecológico donde se rescatara la flora y la fauna de la Sabana, lugar que estudió ámpliamente.
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Hoy, la administración distrital de Bogotá creó la Reserva Thomas van der Hammen, con la intención de que sea un espacio de 1.395 hectáreas que conectará los cerros orientales con el Río Bogotá por el borde norte e incluya los humedales Torca, Guaymaral, La Conejera y el cerro La Conejera. Esta área recuperaría especies nativas.
Sin embargo, el triunfo de Enrique Peñalosa en la pasada elección deja una pregunta en el aire: Si su proyecto de construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente, ALO, interrumpirá el proyecto.
El Secretario Distrital de Planeación, Gerardo Ignacio Ardila, presentó la semana pasada la Reserva Thomas van der Hammen a la prensa y a especialistas en ecología.
Luego de doce años de discusión y formulación del plan de manejo ambiental, el Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca aprobó cuál debía ser el manejo de las hectáreas para la Reserva Thomas Van Der Hammen, que hoy, con sus 11 hectáreas es el segundo pulmón ecológico de Bogotá (el primero es el parque Cantarrana) y que en el futuro, si se adquieren las más de 1.300 hectáreas que se quieren adicionar al proyecto, se convertiría en un gigantesco corredor ecológico.
Dentro del área actualmente están ubicadas algunas universidades y colegios que podrán continuar allí, pero no podrán extenderse. Los cultivos de flores, por su parte, deberán desmontarse progresivamente y en la reserva no se podrán hacer nuevas vías.
La Reserva Thomas van der Hammen cuenta con un sistema geomorfológico dividido en cinco sectores: piedemonte, humedales, altiplanice, valle inundable y montaña. Esta clasificación fue hecha por el científico holandés.
Cada subsistema se integra de manera armónica en relación con el agua. El principal objetivo de su preservación es cuidar uno de los mejores suelos del país, así como conectar ecológicamente las áreas naturales de la Sabana, con los cerros orientales.
Su principal fuente fluvial son las aguas lluvias que caen con mayor intensidad sobre los cerros, lo que hace que sean zonas más húmedas que en el resto de la Sabana.
Con un amplio conocimiento en disciplinas de las ciencias naturales como geología, botánica, ecología, climatología y arqueología, el holandés Thomas van der Hammen hizo grandes aportes para la creación de áreas protegidas que hoy conforman el Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia, entre ellos, El Sumapaz, Los Nevados, Sierra Nevada de Santa Marta y Tatamá. El científico nació en Holanda en 1924 y murió en Bogotá en el 2010.
El holandés Thomas van der Hammen.
El Distrito destinó para la construcción de la reserva natural $20 mil millones del presupuesto de la Empresa de Acueducto de Bogotá y $90 mil millones más de las utilidades de esta misma empresa que serán girados al Fondo Distrital de la Gestión del Riesgo y administrados por la Secretaría de Ambiente. Adicional a ello, se complementarán con 19 mil millones que la CAR dispondrá para proteger en conjunto este ecosistema. Con este dinero se podrán adquirir los predios restantes, así como adelantar los procesos de restauración. Para contribuir con el proyecto el Jardín Botánico ha sembrado hasta el momento 22.000 árboles nativos con el que se espera puedan hacer un corredor ecológico que atraerá a especies de aves como el Chamicero y Picocono Rufo, aves que utilizan como hábitat los bosques primarios y secundarios, así como matorrales de la reserva. La reserva también le abre un espacio importante a las víctimas del conflicto armado. Como acto simbólico, el Jardín Botánico invitó a familias de victimas del paramilitarismo a sembrar árboles. ¿Qué habrá en la reserva y qué tiene que ver la ALO? La reserva, que está ubicada en el extremo norte de Bogotá, se convertirá en el bosque urbano más grande de Latinoamérica. La restauración de los predios se llevará a cabo a medida que se van adquiriendo y se tenga la disponibilidad del suelo para adelantar procesos de cobertura vegetal con especies nativas. En ella, deberán sembrarse 1.100 árboles por hectárea para construir el bosque que al ser declarado reserva forestal prohíbe el desarrollo de infraestructura para vivienda. El plan de manejo de la reserva incluye la construcción de un área de conectividad ecológica, así como la oferta de un Parque Ambiental y Ecológico. En el área serán habilitados espacios para que la ciudadanía visite la zona, conozca los ecosistemas, se dispondrá de espacios para la investigación, el conocimiento, el sano esparcimiento y la educación ambiental. KienyKe.com consultó al equipo del acalde electo Enrique Peñalosa sobre su postura frente a la Reserva Thomas Van Der Hammen, pero los asesores del nuevo mandatario local aún no han fijado una postura al respecto. Sin embargo, durante la campaña, el alcalde electo señaló en diálogo con RCN La Radio: “Hay que retomar la Avenida Longitudinal de Occidente porque este es un proyecto crítico para mejorar las condiciones de la ciudad… No hay ningún estudio que diga que se dañan los humedales con esa vía… Hoy las vías pasan a 50 centímetros de los humedales… La ‘ALO’ pasa por el humedal la ‘Conejera’ y Juan Amarillo’ por unos puentes altísimos y la verdad es que esta vía es fundamental para descongestionar a Bogotá… Hay que prolongar el Metro al Occidente y utilizar sobre esa vía el Transmilenio y lo que nosotros queremos hacer para mejorar la movilidad es que la ciudad crezca dónde debe crecer”. La actual administración distrital ya fijó su postura al respecto. En un comunicado de prensa el Secretario de Planeación, Gerardo Ardila, dijo: "Es de recordar que el trazado actual de la ALO tiene 21.4 kilómetros y afecta los humedales de Capellanía, Juan Amarillo, La Conejera, Torca y la reserva forestal del Norte Thomas Van Der Hammen. Por lo tanto se recomienda que en los tramos dos y tres que pasan por las localidades de Fontibón, Engativá y Suba se modifique el trazado sobre los humedales y la Reserva Thomas Van der Hammen, reduciendo el impacto que se pueda generar sobre estas fuentes de agua y fauna, y sobre los mejores suelos de producción agropecuaria que tiene el norte de la ciudad." El Secretario añade "que este proceso no se puede echar atrás de un día para otro. Ya se hizo la declaratoria de interés público, se ha venido trabajando en la consecución de recursos para la compra de predios, e incluso ya se la oferta en algunas zonas de la reserva”. Otros parques en el sur de Bogotá La localidad de Usme cuenta con un atractivo ambiental considerado por el Distrito como uno de los pulmones verdes de la ciudad. Se trata del Parque Ecológico Cantarrana que con 76 hectáreas es uno de los sitios más amplios y visitados en la localidad cinco de la capital. El parque abrió sus puertas en el año 2007. Por su ubicación, se ha convertido en uno de los puntos estratégicos para el sistema hídrico de Bogotá. Cuenta con grandes zonas verdes, así como de espacios de recreación, caminos de piedra, pista de patinaje, teatrino, pista de triciclos, zonas de juegos infantiles, biblioteca ambiental, sala de lectura infantil, seis miradores y 3.5 km de cicloruta. El Parque Ecológico de Montaña Entre Nubes. Ubicado en el extremo sur-oriental de Bogotá forma parte del grupo de cerros y montes. Está conformado por los cerros de Guacamayas, Juan Rey y Cuchilla del Gavilán, localidades de Rafael Uribe, San Cristóbal y Usme. El parque es un área de alto valor escénico y biológico que por su localización y accesibilidad se destina a la preservación, restauración y aprovechamiento sostenible de sus elementos bio-físicos para educación ambiental y recreación pasiva. Con 626 hectáreas y un perímetro de 30 Kms es una reserva natural y punto de atención que atrae turistas y ciudadanos. En su territorio nacen siete quebradas: Seca, Chiguaza, Bolonia, Verejones, La olla del Ramo, Santa Librada y Yomasa, que desembocan en el río Tunjuelo, uno de los tres principales afluentes del río Bogotá.