Un gran combate de sumo –el deporte japonés de lucha libre entre gladiadores de peso pesado- se efectuará en Colombia. En el combate no se aplicarán las tradicionales reglas de este tipo de lucha libre. La batalla se regirá por las normas de los estrados judiciales colombianos.
En un lado del ring estará Germán Efromovich, el propietario de Avianca; al otro lado de la circunferencia de 4,55 metros de diámetro, estará Julio Mario Santo Domingo.
Esta es la historia.
Hace siete años, el industrial Germán Efromovich, nacido en 1948 en La Paz (Bolivia) y criado en Brasil, compró a Avianca. Cuando se realizó la negociación, la aerolínea enfrentaba un momento difícil tras un proceso de ley de quiebras en Estados Unidos por cerca de dos años y pasaba por serios problemas de liquidez, lo que complicaba su venta. Efromovich pagó 65 millones de dólares por la aerolínea.
Gracias a su nuevo dueño, Avianca salió de una profunda crisis. Después de venir de muchos años de pésimo servicio, incumplimiento constante y pérdidas asombrosas, Efromovich logró devolver el orgullo, prestigio y rentabilidad a una empresa que parecía al borde del colapso (y del aterrizaje de barriga). El empresario logró poner a Avianca otra vez por las nubes.
Pero la alegría de Efromovich tiene ahora su primer bajonazo: acaba de surgir un pleito judicial con los antiguos dueños de la empresa, la familia Santo Domingo.
En el acuerdo de compra-venta Efromovich asumió la responsabilidad en el pago del pasivo pensional de los pilotos y auxiliares de vuelo. Santo Domingo, a través de su fondo de inversión Valorem S.A., se hizo responsable de las pensiones de los trabajadores de tierra.
Ahora Valorem S.A. demandó a Avianca por cerca de $361.382 millones, por irregularidades en el cálculo de las obligaciones pensiónales. El fondo de inversión asegura haber cumplido a cabalidad frente a los trabajadores y a la aerolínea.
¿Qué pasó? Valorem S.A. detectó irregularidades en la forma como se reconocieron y pagaron dichos montos. Estas anomalía implicaron que el fondo asumiera un mayor valor con respecto a las obligaciones adquiridas. El compromiso inicial de Valorem era el pago de $350.000 millones. Sin embargo, ha pagado un total de $552.528 millones (sin ajustar a valor presente).
En la demanda Valorem S.A. alega seis puntos principales. Uno, que los pensionados vitalicios han debido ser compartidos con el desaparecido Instituto de Seguro Social (ISS); dos, que los pilotos y copilotos fueron incluidos en sus obligaciones, cuando en realidad estas obligaciones le corresponden a Avianca según el acuerdo realizado. Tres, que se otorgaron pensiones a personas fallecidas sin beneficiarios, a pesar de que estas debían ser asumidas por el ISS por haber completado los aportes; cuatro, que se hicieron incrementos de la mesada pensional diferentes a las legales; cinco, que Avianca otorgó pensiones voluntarias y sin justificación alguna las trasladó a Valorem; y seis, que los compromisos frente a Avianca se limitaron a las obligaciones pensionales de carácter legal o convencional, por lo tanto no incluían ningún otro tipo de pasivos.
El Fondo busca que Avianca cumpla con sus obligaciones y le reembolse las sumas pagadas. El enfrentamiento puede ir para largo y afectar a Avianca, especialmente por tener ya las acciones en la bolsa donde el tema adquiere carácter público y los múltiples accionistas pueden pedir cuentas.