Kimberly Reyes llegó a la televisión por un golpe de suerte. De lo contrario habría sido politóloga, diseñadora de modas, cantante, bailarina de ballet o doctora especializada en genética. Carreras u oficios a los que ha estado vinculada o soñó de niña. Pero la vida se confabuló, acertó y la encaminó hacia la actuación.
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En la actualidad Kimberly interpreta a Lucía Arjona en la novela Diomedes "El Cacique de La Junta”, la novela más vista en Colombia. Allí personifica a la mujer que más años vivió con el cantante vallenato, marcó su vida personal y carrera musical.
KienyKe.com conversó con la actriz sobre Diomedes Díaz, su relación con la verdadera Lucía Arjona (Patricia Acosta), su carrera de actuación, la faceta como empresaria y los diferentes estudios que inició y aún no culmina.
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-¿Cuál es su opinión personal sobre Diomedes Díaz?
Yo toda la vida miré a Diomedes como compositor e intérprete. En el tema de su vida nunca he sido de opinar mucho porque pienso que todos somos seres humanos y vamos a equivocarnos muchas veces. Pero algunos errores son más conocidos que otros. En su caso esos errores llegaron a la prensa y él, en medio de su ingenuidad, asumía las cosas folclóricamente. Pero siento que él vivió feliz y por eso la gente lo amaba, porque nunca perdió su identidad. Eso me hizo muchas veces respetarlo. Siempre me causaba una sonrisa sus entrevistas.
-¿Cómo ha sido la experiencia de interpretar a Patricia Acosta, una de las mujeres más importantes en la vida de Diomedes?
Desde que supe que estaban en el casting me moría de ganas por hacer parte del proyecto. Le puse todo el empeño. Viajé a conocer Valledupar y a Patricia Acosta. Esto fue una odisea, una experiencia maravillosa.
-¿Qué le dice la verdadera Patricia Acosta?
Como yo era bastante cercana a sus hijos, y teníamos intermediarios, ella me conoció. Es una mujer muy honesta y clara en sus cosas. Me dijo: ‘te vas a ganar el casting y te voy a poner en oración’.
La verdad le doy las gracias porque ella fue la primera persona que creyó en mí para interpretarla. Ella está muy contenta por el personaje. Ella misma me preparó en cuanto a los ademanes, las muecas, las formas de actuar. Todo lo que están viendo es de un trabajo que se hizo con Patricia.
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Al graduarse del colegio, Kimberly se mudó a Bogotá para estudiar finanzas, gobierno y relaciones internacionales. Había tenido un icfes muy alto y su mamá decidió patrocinarla para que estudiara en la capital. Pero la carrera no se ajustaba a sus intereses y se pasó a ciencias políticas. Después de un par de semestres su mamá le dijo que retornara a Barranquilla para acompañarla en su trabajo. Kimberly no lo pensó dos veces.
“En ese semestre me picó en diseño de modas. Hice hasta el último semestre, pero no he ido a presentar la tesis. Las profesoras siempre me están llamando. No presenté la tesis porque no me pude regresar a Barranquilla por trabajo”, dice. Todo fue casualidad. Una cosa fue llevando a la otra.
-¿Cómo llega a la televisión?
Fue un golpe de suerte. Yo representé a Colombia en un concurso después de que estuve en Miss Mundo Colombia. Fui a Miss Globe International en Albania. Cuando regresé un manager, de una de las niñas del concurso, me dijo que debería pensar en la actuación. Le dije que sí me gustaba pero que no lo había contemplado. Insistió en que debía hacer una hoja de vida.
Así fue, la hoja de vida la dejé en varios canales. Recibí varias sorpresas porque me llamaron de todos. De hecho no me lo esperaba, pero la primera persona que me llamó fue Carlos Giraldo del programa Sweet. Me querían ver en casting y fue un programa al aire. Hice una maleta para un fin de semana y no me he devuelto.
Kimberly pasó de presentar Sweet a la novela del Joe Arroyo. Allí interpretó a Mary, una de las mujeres del cantante de salsa. Fue ahí donde se dio a conocer como actriz y decidió dejar su pelo al natural. Unos rizos que ahora la acompañan.
“Cuando uno tiene las cosas definitivamente no las valora. Cae en el todo de eso de organizarse el pelo. También fui víctima de eso. Me hacían falta mis crespos. En el Joe me tenían que encrespar el pelo durante muchas horas. Entonces empecé a dejar un producto y eso me inspiró a crear mi línea capilar para reparar el cabello”, confiesa. El emprendimiento es su nueva faceta.
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-¿Cómo le ha ido como empresaria?
Estoy trabajando con un laboratorio Barranquillero. Da la casualidad de que es de una familia que conozco de hace muchísimo tiempo. Llegué con la inquietud de crear todos estos productos; ellos me apoyaron cien por ciento y me ayudaron hacer el desarrollo hasta que llegamos a esta línea de champús, libres de parabenos y de sal. Le hacen muy bien al cabello. Cuando te lo aplican sientes una diferencia muy fuerte.
También saqué una línea corporal, mantequillas para el cuerpo y exfoliantes para el cuerpo y los labios, y una línea de splash que está inspirada en perfumería. No hay olores frutales. Es una opción para las personas que les gusta un perfume pero sabemos que uno bueno tiene un precio muy elevado. Es darle a las personas buenas fragancias a muy buenos precios.
La actriz confiesa que le gustan las redes sociales porque la tienen en contacto con el televidente y las personas que siguen su carrera. Dice que siempre le escriben cosas bonitas y nunca ha sido víctima del matoneo. Eso sí, siempre recibe piropos de sus seguidores. No es para menos. Kimberly es sinónimo de sensualidad. “Lo que más me escriben y que me da mucha risa es cuando los novios le escriben a las novias: ‘Mi amor discúlpame, pero me caso con ella’. Me da mucha risa”, confiesa.
Ama comer y cocinar pero cuida su alimentación.“Trato de cuidarme de algunas comidas malas como las frituras, las cosas de paquete. Si me voy a dar un gusto, me lo doy en una buena cena o en un buen postre. Trato de no hacerlo todos los días sino el fin de semana o en una cena con los amigos”. Cuida su cuerpo pero no es una obsesión. Hace ejercicio, baila y juega voleibol cada vez que puede.
Kimberly está dispuesta a interpretar a cualquier personaje en su próxima actuación. No le da miedo y quiere que estos sean alejados a su personalidad y estilo. Por ahora sigue divirtiéndose y riéndose de la fama porque cada mes le inventan un nuevo romance. “Todo el tiempo me están inventado novio. Me da risa, uno ya no se puede tomar una foto”. No hay duda, está pagando el precio de la fama.
-¿Cuál es su opinión personal sobre Diomedes Díaz?
Yo toda la vida miré a Diomedes como compositor e intérprete. En el tema de su vida nunca he sido de opinar mucho porque pienso que todos somos seres humanos y vamos a equivocarnos muchas veces. Pero algunos errores son más conocidos que otros. En su caso esos errores llegaron a la prensa y él, en medio de su ingenuidad, asumía las cosas folclóricamente. Pero siento que él vivió feliz y por eso la gente lo amaba, porque nunca perdió su identidad. Eso me hizo muchas veces respetarlo. Siempre me causaba una sonrisa sus entrevistas.
-¿Cómo ha sido la experiencia de interpretar a Patricia Acosta, una de las mujeres más importantes en la vida de Diomedes?
Desde que supe que estaban en el casting me moría de ganas por hacer parte del proyecto. Le puse todo el empeño. Viajé a conocer Valledupar y a Patricia Acosta. Esto fue una odisea, una experiencia maravillosa.
-¿Qué le dice la verdadera Patricia Acosta?
Como yo era bastante cercana a sus hijos, y teníamos intermediarios, ella me conoció. Es una mujer muy honesta y clara en sus cosas. Me dijo: ‘te vas a ganar el casting y te voy a poner en oración’.
La verdad le doy las gracias porque ella fue la primera persona que creyó en mí para interpretarla. Ella está muy contenta por el personaje. Ella misma me preparó en cuanto a los ademanes, las muecas, las formas de actuar. Todo lo que están viendo es de un trabajo que se hizo con Patricia.
Lea también: El verdadero amor de Diomedes Díaz
Al graduarse del colegio, Kimberly se mudó a Bogotá para estudiar finanzas, gobierno y relaciones internacionales. Había tenido un icfes muy alto y su mamá decidió patrocinarla para que estudiara en la capital. Pero la carrera no se ajustaba a sus intereses y se pasó a ciencias políticas. Después de un par de semestres su mamá le dijo que retornara a Barranquilla para acompañarla en su trabajo. Kimberly no lo pensó dos veces.
“En ese semestre me picó en diseño de modas. Hice hasta el último semestre, pero no he ido a presentar la tesis. Las profesoras siempre me están llamando. No presenté la tesis porque no me pude regresar a Barranquilla por trabajo”, dice. Todo fue casualidad. Una cosa fue llevando a la otra.
-¿Cómo llega a la televisión?
Fue un golpe de suerte. Yo representé a Colombia en un concurso después de que estuve en Miss Mundo Colombia. Fui a Miss Globe International en Albania. Cuando regresé un manager, de una de las niñas del concurso, me dijo que debería pensar en la actuación. Le dije que sí me gustaba pero que no lo había contemplado. Insistió en que debía hacer una hoja de vida.
Así fue, la hoja de vida la dejé en varios canales. Recibí varias sorpresas porque me llamaron de todos. De hecho no me lo esperaba, pero la primera persona que me llamó fue Carlos Giraldo del programa Sweet. Me querían ver en casting y fue un programa al aire. Hice una maleta para un fin de semana y no me he devuelto.
Kimberly pasó de presentar Sweet a la novela del Joe Arroyo. Allí interpretó a Mary, una de las mujeres del cantante de salsa. Fue ahí donde se dio a conocer como actriz y decidió dejar su pelo al natural. Unos rizos que ahora la acompañan.
“Cuando uno tiene las cosas definitivamente no las valora. Cae en el todo de eso de organizarse el pelo. También fui víctima de eso. Me hacían falta mis crespos. En el Joe me tenían que encrespar el pelo durante muchas horas. Entonces empecé a dejar un producto y eso me inspiró a crear mi línea capilar para reparar el cabello”, confiesa. El emprendimiento es su nueva faceta.
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-¿Cómo le ha ido como empresaria?
Estoy trabajando con un laboratorio Barranquillero. Da la casualidad de que es de una familia que conozco de hace muchísimo tiempo. Llegué con la inquietud de crear todos estos productos; ellos me apoyaron cien por ciento y me ayudaron hacer el desarrollo hasta que llegamos a esta línea de champús, libres de parabenos y de sal. Le hacen muy bien al cabello. Cuando te lo aplican sientes una diferencia muy fuerte.
También saqué una línea corporal, mantequillas para el cuerpo y exfoliantes para el cuerpo y los labios, y una línea de splash que está inspirada en perfumería. No hay olores frutales. Es una opción para las personas que les gusta un perfume pero sabemos que uno bueno tiene un precio muy elevado. Es darle a las personas buenas fragancias a muy buenos precios.
La actriz confiesa que le gustan las redes sociales porque la tienen en contacto con el televidente y las personas que siguen su carrera. Dice que siempre le escriben cosas bonitas y nunca ha sido víctima del matoneo. Eso sí, siempre recibe piropos de sus seguidores. No es para menos. Kimberly es sinónimo de sensualidad. “Lo que más me escriben y que me da mucha risa es cuando los novios le escriben a las novias: ‘Mi amor discúlpame, pero me caso con ella’. Me da mucha risa”, confiesa.
Ama comer y cocinar pero cuida su alimentación.“Trato de cuidarme de algunas comidas malas como las frituras, las cosas de paquete. Si me voy a dar un gusto, me lo doy en una buena cena o en un buen postre. Trato de no hacerlo todos los días sino el fin de semana o en una cena con los amigos”. Cuida su cuerpo pero no es una obsesión. Hace ejercicio, baila y juega voleibol cada vez que puede.
Kimberly está dispuesta a interpretar a cualquier personaje en su próxima actuación. No le da miedo y quiere que estos sean alejados a su personalidad y estilo. Por ahora sigue divirtiéndose y riéndose de la fama porque cada mes le inventan un nuevo romance. “Todo el tiempo me están inventado novio. Me da risa, uno ya no se puede tomar una foto”. No hay duda, está pagando el precio de la fama.
