El sexo no siempre es sinónimo de placer. Hay quienes le tienen fobia a la penetración, a la vagina, al semen, al pene, a ser tocado o incluso a la desnudez. Se trata de trastornos psiquiátricos, comunes tanto en hombres y mujeres, llamados fobias sexuales. Esta patología médica afecta el comportamiento social, familiar y el trabajo, pues genera un estado de amargura agudo.
Según explica Carlos Pol Bravo, médico psiquiatra y máster en sexología, las fobias sexuales pueden originarse de un trauma previo o ser resultado de un desprecio. Cuando se refiere al trauma se relaciona con una violación, el acoso, el incesto, un mal recuerdo o una forma de sexualidad negativa. En el caso del desprecio, la falta de asertividad, comunicación con la pareja y el engaño, pueden dar origen a una de estas patologías.
Sobre la aparición de estas fobias, Pol Bravo precisa que “es difícil decir una edad exacta de la aparición de estas patologías porque la gente no confiesa sus problemas sexuales por temor”.
La cultura y los tabús también pueden generar en una fobia sexual. Pol Bravo comenta que algunas sociedades, según su ubicación geográfica, califican a la sexualidad como despreciable o impropia. “Se llega a tener negación de esta, considerándola mala porque así lo han enseñado”, comenta el sexólogo. El ejemplo clásico son las creencias que van de generación en generación, que transmiten un pensamiento o creencia concreta sobre el sexo.
Las fobias son trastornos psiquiátricos que afectan y hombres por igual.
Las fobias sexuales no son un asunto superficial y eliminarlas garantiza una buena calidad de vida. Cuando no se acude a un especialista, las personas que las sufren pueden afectar su sexualidad o perderla totalmente. “La gente prefieren encerrarse como una almeja.”, precisa el especialista.
También destaca que la pareja puede llegar a ser un gran terapeuta porque hay confianza, se convierte en cómplice y juntos pueden encontrar distintos estímulos para disfrutar de la sexualidad.
Las fobias sexuales pueden clasificarse en fobias específicas y generalizadas. En las específicas están incluidos los temores al semen, al pene, a ser tocado en ciertas partes del cuerpo o los genitales, a las mujeres o a la vagina.
Por su parte, en las fobias generalizadas están los miedos a ciertos olores, perfumes, determinado tipo de ropa o al juego erótico. Aquí también hay casos de algunos hombres con disfunción sexual con fobia a fracasar, a la excitación o la lubricación femenina.
Las fobias sexuales generan amargura
Sáb, 10/08/2013 - 04:31
El sexo no siempre es sinónimo de placer. Hay quienes le tienen fobia a la penetración, a la vagina, al semen, al pene, a ser tocado o incluso a la desnudez. Se trata de trastornos psiquiátricos, c