Los sueldos de senadores y representantes del Congreso colombiano están entre los cinco más altos de América, por debajo de países como Chile –en donde los congresistas llegan a ganarse 80 salarios mínimos de ese país– y por encima de otros, como Venezuela, en el que los legisladores devengan el equivalente a nueve salarios mínimos.
El sueldo de un senador de la República en Colombia podría ser de un básico de cinco millones de pesos mensuales, si no fuera por otras adiciones, como un subsidio de vivienda, más una prima de bienestar y salud, y algunos gastos de representación. En total, los congresistas reciben más de 21 millones de pesos al mes.
A esta suma, equivalente a más de 39 salarios mínimos al mes, llegaría se le suman las primas extralegales, además de los sueldos de su grupo de colaboradores –mínimo cinco– para las Unidades de Trabajo Legislativo, un esquema de seguridad, servicio de telefonía nacional e internacionales (entre 900 minutos de celular), tiquetes aéreos nacionales e internacionales y un vehículo blindado.
Tampoco se puede obviar que la pensión de un congresista pensionado es de 35,2 salarios mínimos al mes.
Iván Cepeda instauró esta semana un derecho de petición para que el salario de los congresistas baje. Afirmó que la medida es necesaria "para tener transparencia ética y autoridad moral ante la ciudadanía".
Todos estos beneficios a los que se han acostumbrado los senadores no son ni remotamente parecidos a los de otros países como Suecia, en donde los congresistas no cuentan con secretaria, carro o conductor.
Según el columnista de El Espectador Uriel Ortiz Soto, un congresista con todos sus gastos mensuales puede llegar a costar entre 83 millones de pesos mensuales, lo que genera un gasto de mil millones de pesos al año por cada uno. “Esto es exagerado. Los congresistas perdieron lo que es el servicio social legislativo y se han dedicado a obtener un beneficio económico: se legisla y se trabaja muy lentamente y no se saca mayor provecho. Las altas cifras que les pagan y que consulté hace unos años, seguramente ya han ascendido”, dijo Uriel Ortiz a KienyKe.
Debido a estos altos sueldos, el representante a la Cámara Iván Cepeda Castro también le propuso al ministro del Interior, Fernando Carrillo, que impulse una reforma a la ley 4ª de 1992 para que se le bajen los sueldos a los congresistas, que riñen con el derecho a la igualdad con relación a los sueldos de otros servidores públicos del país.
Cepeda instauró esta semana un derecho de petición que espera tenga una buena acogida, ante una realidad tan conocida como criticada en el país. “Con este derecho busco marcar un precedente para que las cosas cambien. Es evidente el desprestigio del Congreso y el malestar ciudadano, cuando ven que sus congresistas tienen privilegios y regímenes que los ubican en un lugar distinto de deberes y derechos. Esto debe ser una exigencia ética que deberíamos tener todas las personas que hemos sido elegidas para cargos de representación popular. Si no es así cómo vamos a tener una posición transparente y con autoridad moral ante la ciudadanía”, dijo a KienyKe.
En el continente las dietas parlamentarias han sido motivo de fuertes críticas y debates en varios países. En distintas reformas hay incrementos o ajustes, principalmente a razón de la situación económica que enfrente la nación. En varias oportunidades la opinión condena o acepta las modificaciones, de acuerdo a su desempeño legislativo.
En la siguiente gráfica encontrará los salarios de los congresistas en América y en la que se evidencia diferencias abismales de pagos entre países como Chile, que pagan hasta 80 salarios mínimos (US$30.000), y Honduras con ocho salarios mínimos (US$ 2.600). Según estos datos Colombia está entre los cinco países de América con los mejores sueldos para sus congresistas.
Iván Cepeda instauró esta semana un derecho de petición para que el salario de los congresistas baje. Afirmó que la medida es necesaria "para tener transparencia ética y autoridad moral ante la ciudadanía".
Todos estos beneficios a los que se han acostumbrado los senadores no son ni remotamente parecidos a los de otros países como Suecia, en donde los congresistas no cuentan con secretaria, carro o conductor.
Según el columnista de El Espectador Uriel Ortiz Soto, un congresista con todos sus gastos mensuales puede llegar a costar entre 83 millones de pesos mensuales, lo que genera un gasto de mil millones de pesos al año por cada uno. “Esto es exagerado. Los congresistas perdieron lo que es el servicio social legislativo y se han dedicado a obtener un beneficio económico: se legisla y se trabaja muy lentamente y no se saca mayor provecho. Las altas cifras que les pagan y que consulté hace unos años, seguramente ya han ascendido”, dijo Uriel Ortiz a KienyKe.
Debido a estos altos sueldos, el representante a la Cámara Iván Cepeda Castro también le propuso al ministro del Interior, Fernando Carrillo, que impulse una reforma a la ley 4ª de 1992 para que se le bajen los sueldos a los congresistas, que riñen con el derecho a la igualdad con relación a los sueldos de otros servidores públicos del país.
Cepeda instauró esta semana un derecho de petición que espera tenga una buena acogida, ante una realidad tan conocida como criticada en el país. “Con este derecho busco marcar un precedente para que las cosas cambien. Es evidente el desprestigio del Congreso y el malestar ciudadano, cuando ven que sus congresistas tienen privilegios y regímenes que los ubican en un lugar distinto de deberes y derechos. Esto debe ser una exigencia ética que deberíamos tener todas las personas que hemos sido elegidas para cargos de representación popular. Si no es así cómo vamos a tener una posición transparente y con autoridad moral ante la ciudadanía”, dijo a KienyKe.
En el continente las dietas parlamentarias han sido motivo de fuertes críticas y debates en varios países. En distintas reformas hay incrementos o ajustes, principalmente a razón de la situación económica que enfrente la nación. En varias oportunidades la opinión condena o acepta las modificaciones, de acuerdo a su desempeño legislativo.
En la siguiente gráfica encontrará los salarios de los congresistas en América y en la que se evidencia diferencias abismales de pagos entre países como Chile, que pagan hasta 80 salarios mínimos (US$30.000), y Honduras con ocho salarios mínimos (US$ 2.600). Según estos datos Colombia está entre los cinco países de América con los mejores sueldos para sus congresistas.
